Es muy difícil hablar de algunas zonas de Torrent sin caer
en la demagogia. Con facilidad se califica a algunos barrios en función de la
procedencia de la mayoría de sus vecinos, la lengua que hablan, el partido que
suele ganar en esa demarcación o la conflictividad que presentan sus calles.
Frecuentemente se divide a nuestros barrios en “xurros” o “del poble”, zonas
rojas o fachas (esto es muy recurrente en las noches electorales al recibir los
resultados de los colegios electorales), barrios beatos y toda clase de
estupideces varias. Todos lo hemos hecho y quien esté libre de culpa, que tire
la primera piedra.
En mis
clases –trabajo en un centro en Alaquàs–
muchos de mis alumnos adolescentes
suelen referirse a este último apartado en uno de esos barrios. La mayor
parte por ignorancia, puesto que casi
ninguno de ellos lo ha visitado en su vida, y solo hablan de “una vez pasé en
coche a toda velocidad y …” o “a un amigo del primo de mi vecino le pasó que…”,
pero eso es harina de otro costal.
El caso es que a poco que uno los
conozca se da cuenta que esas divisiones son producto de los prejuicios y poco
tienen que ver con la realidad. Y esos prejuicios encuentran un filón en el
barrio del Xenillet. Es nombrarlo y automáticamente se encienden las alarmas de
los prejuicios: delincuencia, drogadicción, inseguridad… No les diré que haya
hecho un sesudo análisis sociológico de su situación actual de esta zona de
Torrent, pero no hace falta ser un lince
para darse cuenta de que merece una atención prioritaria por parte de las
instituciones.
Por eso
me llama poderosamente la atención que el todavía portavoz del principal
partido de la oposición critique el trato que le dispensa el ayuntamiento a
este barrio. Partamos de la premisa de que siempre hay cosas que mejorar y que
revertir una situación complicada en pocos meses es una cuestión imposible.
Seguro que hay aspectos que se pueden hacer mejor y partidas que podrían
incrementarse en el presupuesto. Pero, claro, uno no puede olvidar de dónde
venimos y qué se ha hecho en los últimos años.
Seguro
que usted recuerda cómo hace unos diez años la ciudad cambió de manera
espectacular. Seguro que recuerda la urbanización del Parc Central o la parte
alta de la Avenida, la construcción la Ciutat de l’Esport o el edificio del metro. Corríjanme si me
equivoco, pero creo que todas estas actuaciones quedan bastante lejos del
Xenillet. Ignoro cuánto dinero presupuestó el gobierno municipal en aquella
época en este barrio. No olvidemos que eran años de bonanza económica y que los
presupuestos municipales crecían vertiginosamente a golpe de ladrillo. Seguro
que trabajaron por este barrio lo mejor que pudieron y con la mejor voluntad
durante veintiocho años, pero las imágenes hablan por sí solas. Y que entonces
hablar de barrios o guettos, de zonas de primera o de segunda, o de Torrent de
varias velocidades era una estupidez.
Supongo
que el portavoz socialista vivía en Torrent en aquella época y también lo
recuerda. O a lo mejor también en esto habla de oído.
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